Mientras manejábamos a la oficina corporativa el otro día, escuchamos una cita que deseábamos compartir con ustedes. El ministro americano del siglo diecinueve Hosea Ballou una vez dijo, "La verdadera felicidad es suficientemente barata, pero es mucho lo que pagamos por su falsificación".
Interesante. ¿Realmente te hace pensar, no es así? Esto concuerda con el principio de que hacer las cosas bien desde el principio podría requerir una mayor inversión de tiempo, energía y recursos, pero al fin de cuentas, siempre vale la pena.
Las cosas que cuestan poco no son auténticas ni duraderas. Ya sea en nuestras relaciones personales, nuestros negocios, o cualquiera que sea nuestro cometido, es importante reconocer que los atajos realmente no siempre nos ahorran algo o nos proporcionan algo de valor duradero.
Tomen el tiempo ahora para reflexionar en las cosas que son verdaderamente genuinas en sus vidas. Pensamos que se darán cuenta de que las cosas que realmente les hacen felices son las cosas que requieren que inviertan en ustedes mismos. ¿Después de todo, qué mejor cosa de valor poseemos?